En casi 15 años, la mafia albanesa construyó, un entramado de empresas fantasmas, vinculadas a bandas locales de delincuencia organizada y una red de extorsión o amenazas a funcionarios para mover cargamento de droga desde Ecuador hasta Europa.
En el 2011 con la llegada masiva de albaneses al país empiezan sus operaciones. entre ellos el capo de la droga, Dritan Rexhepi, convirtiendo a Ecuador en el epicentro del envío de cocaína con rutas a Bélgica, España, Italia y Polonia.
Rexhepi fue capturado en 2015, Sin embargo, seguia operando desde la cárcel de Cotopaxi. Donde estableció alianzas con cabecillas de Los Choneros para controlar las rutas de la droga. En el 2022 escapó. Lo último que se conoce es que está detenido en Turquía.
Dos casos investigados por la Fiscalía dejo al descubierto la mafía: Pampa 1 y Pampa 2, tras la detención de decenas de sus integrantes en operaciones conjuntas con otros países que facilitaron a Ecuador información, videos y chats encriptados.
Esos procesos revelaron que Dritan Gjika, otro de los capos de la mafia albanesa, lavaron cerca de USD 43 millones entre 2015 y 2024, con empresas relacionadas con la producción agrícola, de cárnicos, de cannabis, de limpieza y de compra y venta de bienes inmuebles.
Ya 25 de sus colaboradores fueron procesados y algunos ya fueron sentenciados entre tres y 17 años. Gjika fue detenido en mayo de este año en Emiratos Árabes.
El poder de la mafia se evidenció en enero del 2024, cuando las Fuerzas Armadas encontraron un cargamento de 22 toneladas de droga valoradas en USD 660 millones.
Además, La Fiscalía descubrió que la mafia albanesa se infiltró en la justicia, cárceles, fuerza pública y aduanas. Incluso sargentos de inteligencia fueron detenidos cuando intentaban sobornar con USD 100 000 en efectivo a sus compañeros.