Abg. Ramiro Rivera Molina titulo
Político ecuatoriano que ocupó la vicepresidencia del Congreso Nacional entre 2003 y 2005 Profesor universitario en Universidad de las América Presidente del Grupo @elcomerciocom
Contrario a lo que comúnmente se ha entendido y aceptado, las primeras ideas y el concepto doctrinario sistematizado acerca de la división de poderes, no provienen originariamente de Locke y Montesquieu, quienes no pueden considerarse como fundadores de la doctrina, pero sí como los principales divulgadores del pensamiento constitucional de los siglos XVII y XVIII. Debemos anotar que las raíces y los intentos de distribuir el poder evitando su concentración tiránica, son anteriores y profundas, y, aparecen por un lado en el pensamiento griego y romano, en torno a los gobiernos mixtos. Se podría alegar y precisar que, el concepto de gobierno mixto y la división de poderes no significa lo mismo, puesto que tienen implicancias teóricas distintas. No obstante, «ambas teorías intentan limitar la concentración del poder instituyendo controles internos dentro de la maquinaria del Estado», afirma Mauricio Vile en Constitucionalismo y separación de poderes. Luego de las ideas acerca de los gobiernos mixtos en el pensamiento greco-romano, la elaboración doctrinaria, no sistematizada, pero que se configura con aportes de algunos pensadores, y que nos remite a la concepción de la monarquía equilibrada y del correlativo equilibrio constitucional, está presente también en el pensamiento medieval inglés. Cito a algunos de los filósofos que, siendo sus pensamientos anteriores a los expresados por Montesquieu, registraron las ideas claves para su posterior elaboración: Aristóteles, quien se acercó a las formas de gobierno mixtas, en La Política, donde habla de las tres funciones del Estado: la deliberativa, la judicial y la confiada a los magistrados. Polibio, desde el diseño romano, entendió la división del poder político entre diferentes instituciones, para evitar la concentración que termina fatalmente en tiranía. Cicerón, en La República romana, bosquejó una distribución o división del poder: el deliberativo, legislativo, administrativo, judicial, militar y religioso.Marsilio de Padua, ya en el siglo XIV, distingue las funciones del gobernante, así como el concepto de función legislativa y ejecutiva y la naturaleza de las leyes, vinculando el poder legislativo con la voluntad popular. Era la idea de la Constitución equilibrada. Atenuar el poder absolutista, abogando por una monarquía moderada, en el poder compartido entre el rey, la aristocracia y el pueblo. Otros que contribuyen con ideas y sugieren diferenciar las funciones y el poder dividido son: James Harrington en su Commenwearth of Oceana (1656); Jean Bodin, en Los seis libros de la República (1576);Lord vizconde de Bolingbroke, en Contributions to the Craftman (1726) quienes formulan la idea de la soberanía como sustento del ordenamiento, los balances del poder, el equilibrio y control recíproco. Luego debe mencionarse a Blackstone, Jhon Locke, Edmund Burke, Henry Ireton, Charles Dallison, David Hume, Tomas Paine, aún a Jeremy Bentham, crítico de Montesquieu y de los poderes independientes, todos ellos, en su correspondiente tiempo, fustigadores de los regímenes tiránicos y de las formas absolutistas, contribuyeron con ideas valiosas para proceder a la división del poder.