Andrew Ezequiel, un niño de apenas cinco años, falleció tras recibir un disparo en el tórax mientras jugaba afuera de su casa, entre las calles la 20 y la K, en el Suburbio de Guayaquil. El hecho ocurrió la tarde del domingo 20 de julio, cerca de las 17:30, cuando un adolescente de 17 años, que estaba armado, abrió fuego contra un hombre que caminaba por el lugar.
Según información de la Policía Nacional, el atacante disparó en repetidas ocasiones contra su objetivo. En medio del tiroteo, Andrew fue alcanzado por una bala. Tanto el niño como el hombre que era el blanco del ataque resultaron heridos y fueron trasladados de inmediato a una casa de salud. Sin embargo, el pequeño no resistió la gravedad de la herida y falleció.
El coronel de la Policía Nacional Andrés Medina, subcomandante del Distrito Portete, confirmó que el niño fue una víctima colateral de la violencia criminal. “Murió producto de un impacto de bala en su tórax”, indicó. Además, señaló que el atacante intentó huir, pero fue interceptado por los propios vecinos, quienes lo retuvieron hasta la llegada de los agentes policiales.
El adolescente fue aprehendido y se le incautó un revólver calibre 38. Aunque no registra antecedentes penales, las primeras investigaciones apuntan a que el ataque estaría vinculado a disputas entre bandas delictivas que operan en el sur de la ciudad, específicamente entre los grupos Los Águilas y Los Freddy Krueger. El hombre herido sería un presunto integrante de esta última organización.
Entre lágrimas y consternación, la madre de Andrew y otros familiares exigieron justicia por la muerte del menor. Pidieron que el caso no quede impune, pese a que el presunto agresor también sea menor de edad.