Fabián Solís, hijo del reconocido comerciante “El Paisa”, fue asesinado a sangre fría la madrugada de este domingo, en un acto de amor y valentía que ha conmovido a todo Portoviejo. El joven murió tras interponerse entre su madre y unos delincuentes armados que intentaban asaltarla cerca del terminal terrestre.
Sin pensarlo dos veces, Fabián se enfrentó a los criminales para defenderla. Un disparo directo al pecho fue suficiente para apagar su vida en segundos.
Cayó al suelo sin poder despedirse. Su corazón, generoso y valiente, dejó de latir en el instante exacto en que eligió proteger lo que más amaba: su madre.
La escena fue desgarradora. Su madre, envuelta en gritos de desesperación, vio cómo su hijo se convertía en héroe… y en mártir. Su llanto, su dolor, ahora es el reflejo de miles de familias ecuatorianas que viven atrapadas en un país consumido por la violencia.
El nombre de Fabián no será olvidado. Su sacrificio es un grito al cielo, una súplica de justicia en medio del caos. Porque no se trata de cifras: se trata de vidas. Y la de Fabián se apagó por un amor inmenso, en un Ecuador donde ser valiente puede costarte la vida.
