Un estudio de seis universidades concluye que en sus predios, se ha normalizado la violencia de género. También reconocen que hacen falta mecanismos para prevenir insultos y discriminación por diversidad sexual.
El estudio se llamó “Universidades Sin Violencia de Género” y se basó en encuestas a 6 896 estudiantes. Cuatro de cada 10 estudiantes de grupos LGBTIQ+ dijeron haber sufrido violencia de género. Lo mismo ocurre con tres de cada 10 estudiantes mujeres.
Según la investigadora, estos casos incluyen chantajes, abuso de poder y propuestas para mejorar calificaciones por favores sexuales. También hay acoso de compañeros con palabras o toques. La mayoría de los estudiantes se siente vulnerable a la violencia basada en género.
Seis de cada 10 estudiantes dicen que las universidades son inseguras, siete de cada 10 que prevalece la impunidad y que sus denuncias no tienen seguimiento y ocho de cada 10 están seguros de que se trata de ocultar las denuncias para no afectar la imagen de la universidad.
Los estudiantes justifican ciertas actitudes
El estudio recoge que los estudiantes justifican estas actitudes. Tres de cada 10 encuestados dicen que el acoso se da por la vestimenta de la víctima, siete de cada 10 que quien ejerce la violencia usa drogas y nueve de cada 10 dice que tiene problemas psicológicos.
Las universidades tienen protocolos para actuar en estos casos. En la Escuela Politécnica de Chimborazo (Espoch) cada caso pasa a un Comité que debe investigar; también se da a la víctima atención psicológica y legal, el caso se debe resolver en 30 días.
Otras universidades, como La Central, aplican un protocolo que incluye alejar al agresor de la víctima y evitar que imponga calificaciones para evitar chantajes. En casos donde se determine violencia sexual, también se envía el expediente y una denuncia a Fiscalía.