JUSTICIA SIN AUTODEPURACIÓN
Parece que la escandalosa corrupción de jueces, fiscales, secretarios, otros funcionarios y abogados pasa desapercibida ante las máximas autoridades de la Función Judicial. Los jueces de la Corte Nacional han guardado un silencio inaudito, el incompleto Consejo Nacional de Judicatura da pasos tibios para un cambio. Los tres vocales se han dedicado a suspender a jueces y funcionarios ya juzgados por ayudar a criminales o corruptos. Las asociaciones de jueces, que deberían velar por el cambio, como cualquier sindicato, han apelado al espíritu de cuerpo para que las críticas no lleguen a todos. En definitiva, no se produjo el gran acuerdo dentro de la Función Judicial para que no se repitan casos emblemáticos de corrupción que alcanzaron lo más alto de la Justicia. El expresidente de la Judicatura, Wilman Terán, es protagonista de hechos corruptos y los jueces supremos ya son sospechosos. Desde Carondelet hay críticas a los jueces y amenazan con exponer los rostros de los que liberan a delincuentes. Desde la Justicia nadie ha levantado la voz para pedir mayor protección para quienes condenan a los criminales, ni la Judicatura, ni la Corte, ni los gremios. Con esto, solo se allana el terreno para una nueva metida de mano. La justificación: los jueces corruptos.