Parques y monumentos de Manta, entre el abandono y la indignación ciudadana

Espacios pensados para la recreación, el descanso y el encuentro ciudadano hoy reflejan abandono, deterioro y falta de mantenimiento. Un recorrido por varios parques y monumentos de la ciudad evidencia una problemática que va más allá de lo estético: pone en riesgo la seguridad, la salud y la calidad de vida de cientos de familias.

En el Parque Santa Fe, los baños permanecen cerrados, algunos columpios están dañados, el ambiente se ve afectado por malos olores y la presencia constante de heces de animales. Lo que debería ser un lugar seguro para los niños y familias, se ha convertido en un sitio descuidado.

El panorama no es distinto en el Parque Las Acacias: basura acumulada, maleza crecida, columpios rotos y la falta total de iluminación convierten al lugar en un foco de inseguridad. La sensación de abandono predomina y los vecinos ya no lo ven como una opción para el esparcimiento.

En el Parque Los Algarrobos, aunque se conservan algunas áreas verdes, el pasto no ha sido podado, no hay luminarias funcionales y los moradores denuncian que, durante las noches, se registran robos y consumo de sustancias ilícitas. La ausencia de control y vigilancia agrava la percepción de peligro.

Los monumentos icónicos de la ciudad también sufren el olvido. El Monumento al Bombero, que antes contaba con una fuente, ahora está seco y sin mantenimiento. El Reloj Público, por su parte, muestra bancas sin pintar y cerámicas rotas, evidenciando años de descuido.

El caso más crítico es el del Monumento El Pescador, donde la contaminación, la maleza, los malos olores y la presencia de animales abandonados son el pan de cada día. Los comedores están cerrados o destruidos, y el río Burro —que bordea el lugar, está completamente sucio. “El parque está destruido, se han llevado todo”, lamenta un vecino. Asegura que la falta de autoridad ha permitido que se deterioren estos espacios sin consecuencias. “Deberían arreglar las áreas donde juegan los niños. Todo está dañado”, insiste.

Desde el sector Santa Fe, un residente destaca la importancia del mantenimiento permanente de los parques. Reconoce que hay un proyecto de regeneración en marcha, impulsado por una cooperación extranjera junto al Municipio y el MIES. Sin embargo, advierte que ha habido desfases presupuestarios y que aún no se ve un cambio real. “Queremos vivir en un entorno digno, apacible y saludable”, remarca.

Mientras tanto, la ciudadanía continúa a la espera de acciones concretas. La recuperación de estos espacios no solo es una deuda urbana, sino un compromiso social urgente.

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