SE LUCRAN CON LA SALUD

La corrupción en Ecuador ya ni siquiera se oculta: se formaliza. El uso de documentos oficiales para encubrir fraudes con total descaro se ha convertido en una práctica común, especialmente cuando se trata de recursos públicos destinados a la salud. Un caso recurrente y alarmante es el de pacientes del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) derivados a prestadores externos. Tras meses de espera, muchos llegan puntualmente a sus citas solo para descubrir que, según los registros, ya fueron atendidos. ¿Quién recibió esa atención? ¿Cuándo ocurrió? No hay respuestas claras. Lo único certero es que el sistema factura con eficiencia por servicios que nunca se brindaron. Este modus operandi se repite en múltiples casos, y cada uno parece más audaz que el anterior. La lógica apunta a algo más que negligencia: parece haber una red estructurada, una mafia enquistada en el sistema, que lucra a costa de la salud de los ecuatorianos. No hay crimen más miserable que lucrar con el sufrimiento humano. El nuevo presidente del IESS tiene la responsabilidad urgente de enfrentar este entramado de corrupción. No basta con discursos ni auditorías formales: hace falta decisión política real para desmontar estas redes.

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