Prometen libertad financiera, autos de lujo y viajes sin fin. Los gurús financieros en Instagram, YouTube y TikTok seducen con discursos motivacionales y cifras infladas. Pero tras los filtros y la música inspiradora, se esconden estrategias de manipulación, cursos vacíos y consejos sin respaldo legal.
Muchos de estos influencers carecen de formación profesional y operan sin regulaciones, poniendo en riesgo el dinero de miles. Venden humo a través de marketing emocional, cobrando cientos de dólares por “métodos infalibles” que solo enriquecen a quien los vende. Algunos incluso promocionan esquemas piramidales encubiertos.
Las víctimas, en su mayoría jóvenes con ansias de éxito, caen en la trampa y terminan endeudadas o con sus ahorros perdidos. Un informe de El Heraldo revela que más del 60% de estos contenidos contienen información engañosa.
Mientras tanto, las plataformas digitales no exigen garantías ni verifican credenciales. Expertos advierten que esta epidemia de “finfluencers” puede provocar una crisis silenciosa de confianza financiera.
La solución pasa por educar a la ciudadanía, exigir transparencia y denunciar a quienes lucran con la desesperación ajena. No todo lo que brilla en redes es oro; a veces, es puro engaño.