Cuando Carlos y Kerly Álvarez, hijos de Roberto Carlos Álvarez, uno de los cabecillas del grupo criminal Comandos de la Fronteraeran juzgados por un Tribunal, en Quito. La organización una emboscoda y asesino a los 11 militares en Alto Punino.
Ellos están presos y por pedido de la Fiscalía serán condenados, junto con 11 personas más, por delincuencia organizada con fines de tráfico de drogas, tráfico de armas y lavado de activos.
El pasado viernes, el Tribunal escuchaba los testimonios en contra de los imputados cuando se registró el ataque a los militares.
Este caso implica a abogados y jueces anticorrupción a inicios de año. La Fiscalía allanó sus oficinas y domicilios por una denuncia sobre argucias legales para sacar de la cárcel a los hijos de Álvarez. La investigación sigue abierta bajo el nombre de Caso Fachada.
A pesar de estar prófugo Roberto Carlos Álvarez también es procesado junto con sus hijos.
Según los cargos, su organización envía droga a Centro, Norteamérica y Europa. Opera en Sucumbíós, Pichincha, Santo Domingo, Guayas y Orellana. Forma parte de una estructura internacional dedicada a crear de empresas de fachada, compra bienes, cuenta con transportistas, distribuidores e intermediaros para mover la droga de los lugares de producción hasta los mercados de consumo.
El juicio en contra de los hijos de Álvarez se retomará el sábado 17 de mayo. Al final de la audiencia, el Tribunal dictará sentencia. El delito de delincuencia organizada se sanciona hasta con 10 años de prisión.