Las mascarillas, para que garanticen protección, deben tener en sus cajas registro sanitario y fecha de caducidad: así lo obliga la Agencia Nacional de Regulación Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) y esos datos deben ser verificados antes de adquiridas. Esta información debe ser tomada en cuenta, ahora, que en el país se han registrado casos de fiebre amarilla y tosferina.
Después de la pandemia del covid-19, mucho de este producto importado sobró y está saliendo a la venta en las calles. Se trata de tapabocas sin registro sanitario, caducadas y de contrabando.
Hay mascarillas -según Arcsa- fabricadas por 87 empresas y laboratorios que sí tienen registro sanitario, pero que no cumplen con certificaciones internacionales como la ISO 13485, la cual establece las mejores prácticas en la gestión de calidad para la fabricación de este tipo de insumos.
La cumplen solo siete, en el país. Las demás tienen hasta el 10 de mayo próximo para certificarse en ese organismo de control. De no hacerlo, se inhabilitarán sus registros sanitarios y no podrán fabricar ni vender mascarillas.
Hace cinco meses, se reformó la normativa sanitaria. En ella se prohibió la venta al menudeo de mascarillas y se estableció que deben ser vendidas en empaques autorizados con la información legal establecida.