Dr. Juan Carlos Cassinelli Cali
Ex Ministro de Comercio Exterior, Doctor en Jurisprudencia, Director de Global Trade Consulting. Presidente del Comité de Comercio de Inversiones amcham GYE
Twitter: @JCCassinelli juancarlos@cassinelliabogados.com
El mundo se ha conmocionado en estos días ante la noticia del gran apagón europeo, que implicó la pérdida prácticamente total de energía en países como España, Francia y Portugal, así como en otros países europeos que se vieron afectados parcialmente. Hasta el día de hoy, se siguen formulando hipótesis sobre las causas del suceso. Algunos apuntan a una posible sobrecarga motivada por la creciente demanda energética derivada del uso intensivo de sistemas de inteligencia artificial a nivel global. Otros señalan la inestabilidad de los procesos asociados a las energías alternativas, lo cual estaría vinculado al impacto ambiental generado por estos sistemas. Lo cierto es que este evento causó pérdidas de miles de millones de euros y provocó, además, una profunda desestabilización de los sistemas productivos y de transporte, generando un verdadero caos en los países afectados. De ahí la importancia crítica de asegurar la estabilidad en la generación energética, un tema que no es ajeno al Ecuador. Según datos de enero de 2025, el país enfrenta un déficit de producción energética que, en ciertos momentos, puede alcanzar hasta los 2.000 megavatios. Esto ha obligado a las autoridades, especialmente desde el sector público, a tomar medidas para mitigar este déficit a través de sistemas de compra, alquiler e inversión. Un ejemplo es el proyecto Toachi-Pilatón, que ha permitido incrementar poco a poco la capacidad de generación y reducir el déficit, aunque este sigue siendo considerable. En Ecuador es indispensable que, especialmente desde el ámbito político, se impulse un discurso coherente para abordar el tema energético. La generación de energía debe contar con múltiples fuentes de financiamiento, considerando un factor adicional: el precio del petróleo continúa a la baja, y es probable que esta tendencia se mantenga, afectando una materia prima fundamental para la producción mundial. Esto se debe a decisiones y declaraciones recientes provenientes de Estados Unidos, China y la Unión Europea. Ante esta realidad, el país necesita atraer inversión, tanto interna como externa, para enfrentar la crisis energética actual y las que puedan presentarse en el futuro. Si realmente queremos transformar al Ecuador, debemos ser previsivos. Y para ello, es fundamental reconocer nuestra situación: tenemos un gran déficit en generación energética y debemos implementar mecanismos desde lo público y lo privado. Uno de los grandes temas a resolver es el aclarar si la generación de energía hoy en día se puede delegar a lo privado, así como su distribución. No harían mal los distintos sectores en mirar los ejemplos de países como Perú y Colombia en la región, cuyos modelos permiten hoy en día recibir grandes inversiones y estar en mucho mejor condición de provisión de energía que les permiten impulsar su producción.