Los torrenciales aguaceros han causado destrozos y han apagado las ganas de seguir luchando por la vida de miles de familias de la provincia de Manabí. Y el desaliento surge precisamente por el desamparo de las autoridades. Éste es el caso de la señora Mayra Gilces Manzaba, que desde hace varias décadas vive cerca del cerro la punta de Charapotó.
El caso es que la noche del 10 de marzo al amanecer las correntadas de agua y lodo casi la dejan sepultada, la salvó la mano de Dios, ya que pudo salir a tiempo ante el rugir de la fuerza de la tempestad que desprendía árboles y toneladas de tierra licuada. La señora Mayra Gilces, es una mujer sencilla, humilde y trabajadora, que desde hace varios años se dedica a criar gallinas, patos y engorde de chanchos, los mismos que la noche de los truenos, el viento y fuerte aguacero terminó sepultando el esfuerzo de muchos años de trabajo.
Ahora, lo único que pide a las autoridades, que bien pueden ser el señor prefecto de Manabí, Ec. Leonardo Orlando Arteaga, el señor Alcalde del Cantón Sucre, Dr. Carlos Mendoza Rodríguez o señor Presidente de la Junta Parroquial de Charapotó, Ing. Pabel Cantos Centeno, que le ayude con un Paylover y una volqueta para desalojar el barro acumulado y poder comenzar de cero. También sería importante que el equipo de trabajo del Ministerio de Inclusión Económica y Social se hagan presentes para que la ayuden a la señora Mayra con vituallas, kit de alimentos y otros enseres, considerado su verdadero estado crítico.
Ella vive cerca del cementerio municipal de San Clemente.
