NO APAGUEN LA LUZ DEL PROGRESO
Lo que nos faltaba: ‘vientos’ de posibles paralizaciones en la Corporación Nacional Eléctrica (CNEL EP) soplan como respuesta a la sentencia de la Corte Constitucional que obliga a 1.800 trabajadores, beneficiarios del contrato colectivo, a devolver 105 millones de dólares en tres años. Más allá de la disputa legal, lo preocupante es el impacto que una paralización tendría en los ciudadanos. Aún con las secuelas de los apagones recientes, que afectaron a hogares, negocios e industrias, el país no puede darse el lujo de enfrentar posibles nuevas interrupciones en el servicio eléctrico o cualquier otra medida que atente contra este servicio fundamental en los hogares ecuatorianos. La incertidumbre energética ya ha golpeado la confianza de inversionistas y emprendedores, y una crisis adicional solo profundizaría el problema. Cualquier medida de protesta debe considerar a los millones de usuarios que dependen de un suministro eléctrico estable. La recuperación económica no puede verse empañada por nuevas crisis. Hay que buscar soluciones responsables, en las que el diálogo prime sobre la amenaza, y el país no pague los platos rotos de un conflicto que debe resolverse en las instancias adecuadas. ¡No apaguen la luz del progreso!