El proceso de dos días comenzó la mañana del sábado, con residentes aconsejados a cargar sus dispositivos, abastecerse de comida y agua, y prepararse como si se pronosticara un clima severo. A muchos se les ha pedido que no usen ascensores, mientras que en algunas áreas los semáforos serán apagados. Un enorme reloj especialmente diseñado contará los últimos segundos antes de la transición en una ceremonia emblemática en la capital de Lituania el domingo, a la que asistirá la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Las tres naciones harán entonces la transición oficial para dejar atrás la red que las ha conectado con Rusia desde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
“En alerta máxima” La llamada red eléctrica Brell –cuyas siglas representan a Bielorrusia, Rusia, Estonia, Letonia y Lituania– está casi totalmente controlada por Moscú y durante mucho tiempo ha sido vista como una vulnerabilidad para las exrepúblicas soviéticas, que ahora son miembros de la OTAN. Aunque ninguna de ellas ha comprado electricidad a Rusia desde 2022, su conexión a la red Brell las mantenía dependientes de Moscú para el flujo de energía. Tras desconectarse la mañana del sábado, los tres países realizarán pruebas de frecuencia antes de integrarse a la red europea a través de Polonia el domingo. “Ahora estamos eliminando la capacidad de Rusia de usar el sistema eléctrico como una herramienta de chantaje geopolítico”, declaró el ministro de Energía de Lituania, Zygimantas Vaiciunas, a la agencia de noticias AFP. “Es la culminación de más de 10 o 20 años de esfuerzos para reducir esa dependencia energética”, dijo el profesor David Smith, de la Unidad de Investigación Báltica de la Universidad de Glasgow.