Había filas de personas en doble columna que parecían interminables afuera del Registro Civil en la avenida Naciones Unidas, en el norte de Quito. Para ser los primeros desde anoche tuvieron que dormir al pie de la puerta de esa agencia para sacar la cédula de identidad. “Desde las 10 de la noche. Nos tocó traer cobijas y algo para tendernos aquí”, contó Angélica Pilataxi. Y los atendieron recién a las ocho de la mañana y algunos de los usuarios que no tenían turnos tuvieron que esperar al menos dos horas para lograr tener el documento.
Ese malestar soportaron cientos de ciudadanos que también llegaron a la agencia San Blas, en el centro de la capital, donde esperaban hasta cuatro horas para hacer el trámite. Eso le afectó a un joven que tenía previsto dar una prueba de admisión para la Universidad de las Fuerzas Armadas, ESPE, y no pudo tener el documento a tiempo. En Guayaquil el panorama era diferente, no había filas, y una decena de módulos habilitados ayudaron a que los usuarios puedan renovar su cédula en menos de 20 minutos.