La Navidad en Ecuador tiene sus raíces en la llegada de los españoles, quienes introdujeron tradiciones religiosas como los pesebres y las misas de gallo. Estas prácticas fueron adoptadas y adaptadas por las comunidades indígenas y mestizas, generando un sincretismo cultural único. La devoción popular se centró en la adoración al Niño Jesús, representado con figuras artesanales. Durante la época colonial, los conventos y las parroquias organizaban novenas y procesiones que reunían a la población en actos de fe y celebración. La música y los villancicos, traídos de Europa, se mezclaron con ritmos locales, creando manifestaciones propias. Estas actividades fortalecieron la identidad religiosa y comunitaria del país.
El “Pase del Niño” es una de las tradiciones más antiguas, originada en el siglo XVIII en Cuenca, con el Niño viajero como figura central. Esta festividad, que incluye danzas y trajes coloridos, simboliza la diversidad cultural del Ecuador. Con el tiempo, el evento se extendió a otras regiones, convirtiéndose en una de las manifestaciones navideñas más populares. Hoy en día, las festividades navideñas mantienen elementos históricos como los pesebres, las novenas y el “Pase del Niño”, aunque adaptados a los tiempos modernos. La influencia colonial y la riqueza cultural de Ecuador se reflejan en cada detalle, haciendo de la Navidad una celebración profundamente arraigada en la tradición y la espiritualidad.