Dr. Juan Carlos Cassinelli Cali
Ex Ministro de Comercio Exterior, Doctor en Jurisprudencia, Director de Global Trade Consulting. Presidente del Comité de Comercio de Inversiones amcham GYE
Twitter: @JCCassinelli juancarlos@cassinelliabogados.com
En el transcurso de esta semana, se generaron numerosas noticias relacionadas con la reunión del Mercosur, realizada en Uruguay, donde destacó la presencia de la Presidenta de la Comisión Europea. Este evento tuvo como trasfondo las negociaciones iniciadas en 2019 para uno de los acuerdos comerciales más grandes del mundo. Dicho tratado involucra, por un lado, a la Unión Europea, con casi 500 millones de habitantes, y por otro, al bloque del Mercosur, que agrupa aproximadamente 300 millones de habitantes adicionales. En el Mercosur se incluyen países de gran relevancia geográfica y demográfica, como Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, e incluso Bolivia, que aún no es miembro oficial pero ya está prácticamente integrado en el mercado. La noticia es importante porque, aunque en 2019 se cerró la primera fase de negociación, han pasado cinco años antes del reciente y sorpresivo anuncio en Uruguay sobre el cierre casi definitivo del resto de la negociación entre la Unión Europea y el Mercosur. ¿Por qué se demoraron cinco años? Principalmente, debido a temas pendientes relacionados con reclamos ambientales en el ámbito agrícola y exigencias de la Unión Europea para que los países del Mercosur cumplieran compromisos relacionados. Aunque se ha finalizado esta etapa de negociación, todavía no se ha firmado un Tratado de Libre Comercio entre ambas partes. El próximo paso es la ratificación, que debe realizarse tanto en el Parlamento Europeo como en los congresos de los países miembros del Mercosur. Este proceso representará un gran desafío, ya que el Parlamento Europeo requiere una mayoría calificada para la aprobación: al menos el 55% de los votos, representando países que sumen el 65% de la población de la Unión Europea. ¿Por qué es un desafío? Porque este acuerdo ha sido objeto de críticas por parte de países como Francia, Italia y Polonia, que argumentan que perjudica sus sectores agrícolas. Sin embargo, hay naciones que ven grandes beneficios en el acuerdo, como España y Alemania, que lo han respaldado desde el principio, y Brasil, que percibe una importante oportunidad de sinergia entre estos dos grandes bloques comerciales. Desde el Ecuador tenemos que estar atentos como socios comerciales de la Unión Europea en el avance para la concreción de este instrumento de comercio.