“El vigilante siempre almorzaba en ese restaurante. Yo estaba preparando la menestra y las carnes asadas para salir a vender como todas las tardes, cuando escuché una ráfaga de disparos y me tiré al piso de mi casa”, relató Carmelina, habitante del barrio La Roldós, al noroeste de Naranjal, escenario de un violento ataque que dejó dos muertos. El lunes 18 de noviembre, alrededor de las 14:30, el agente de tránsito Alexis Aurelio Saquicela Robles, de 28 años, almorzaba vestido de civil en un restaurante del sector. Junto a él estaba Ángel Gregorio Lucas, de 45 años. De repente, varios hombres armados irrumpieron en el lugar y abrieron fuego contra los comensales, dejando a ambos gravemente heridos.
Lucas intentó huir, pero fue alcanzado por los sicarios, quienes lo remataron frente a un automóvil estacionado cerca. Saquicela, por su parte, fue auxiliado junto con William Geovanny Aguirre Guzmán, otro herido en el ataque, pero el agente no resistió las heridas y falleció mientras era trasladado a Guayaquil con graves lesiones en la cabeza y el tórax. Lucas murió poco después de llegar al hospital local. Un barrio paralizado por el miedo El ataque sumió al barrio en el terror. Más de 15 locales, dedicados principalmente a la venta de comida y jugos naturales, cerraron sus puertas por miedo a represalias. “Al vigilante lo conocíamos como ‘Padilla’. Era un buen servidor público. No sabemos si fue una víctima colateral o si simplemente estaba en el lugar equivocado”, comentó un amigo de Saquicela, quien pidió mantener su identidad en reserva. Saquicela, quien pertenecía a la promoción 46 de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), llevaba un año y seis meses en la institución. Según el coronel Milton Castro, jefe del distrito de la CTE en Naranjal, el joven oficial había trabajado en el turno matutino y, por la tarde, fue a visitar a su novia en el sector.