Cuando el Banco Central señala que el sector de la construcción se contrajo en un 17% en el segundo trimestre del año, lo único que se hace es constatar la crisis del sector que mejor refleja el estado de la economía. Los constructores prefieren usar otra medición para dimensionar su mal momento, cuyo inicio lo marcan con la pandemia en el 2020. “En 2015, 2016 y 2017 estuvimos en 10,1% del PIB. Ahora estamos en el 6%”, expresó José Miranda, presidente de la Cámara Industria de Construcción.
Eso se traduce en que se construye menos, se vende menos. Según la Asociación de Promotores inmobiliarios de vivienda aseguran que las reservas netas se redujeron en más de dos puntos comparados con el 2023, pero si se compara con 2019 la caída es de casi un 31%. Una de las razones principales es el acceso al crédito. Ahí hay dos aristas: quien presta y el cliente. “Hoy es el producto menos atractivo para ellos porque existe un tope de tasas”, dijo Paulina Viteri, gerente de operaciones de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Vivienda del Ecuador (Apive). Con cifras a junio, del 100% de créditos hipotecarios otorgados, el 66% los dio la banca privada y el 34% restante el BIESS. En montos, la banca privada entregó USD 521,5 millones, un 16% menos que en los primeros seis meses del 2023. El BIESS otorgó USD 263,7 millones, un 7% menos que en el mismo periodo del año pasado.