REVERTIR O PRORROGAR EL CIERRE DEL ITT
La crisis económica del país pasó de los papeles, de las proyecciones, advertencias y cálculos de la macroeconomía, directo a la calle. Al día a día. Ha llegado como cortes de luz, estafas financieras, falta de empleo por ahogo al sector privado, inseguridad ante el debilitamiento de la fuerza pública y la creciente pobreza, escasa inversión, informalidad, ineficiencia estatal y mala política. La falta de dinero en las cuentas estatales hace que el déficit, que alcanza los $4.340 millones, deba pagarse con más impuestos y deuda. En ese contexto de crisis real, hemos renunciado a $16.000 millones que podía dar el campo petrolero ITT en las próximas dos décadas. El 20 de agosto de 2023, el país votó a favor de conservar el petróleo en el suelo. 58,95% fue por el sí ante un 41,05% que dijo no. Aunque la intención pudo ser vista como positiva, esos recursos no tienen reemplazo en el corto plazo. El Gobierno ha cambiado de parecer y trata de evitar el cierre del ITT con débiles argumentos, como la falta de una licencia ambiental para el desmontaje. Pero hay una fórmula más contundente: incluirlo en una nueva consulta popular. Antecedentes, existen. El país ya rectificó acerca de la extradición; negada en un principio, se aprobó en una segunda consulta. El cambio para la explotación del ITT se sostiene en la grave crisis económica; puede revertirse o dar una prórroga de una o dos décadas. Esta nueva consulta puede incluirse en las dos propuestas del presidente Daniel Noboa y en la que hizo el candidato Henry Cucalón. La vía es legítima y el objetivo, necesario.