MÁS VIVIENDA ES AHORRO Y PROGRESO

Un síntoma de la salud nacional es el acceso de las familias a la vivienda. A más propiedad en manos de los ciudadanos, más protección hacia el futuro con ese patrimonio, más ahorro y mayor generación de riqueza. Más propiedades es progreso, advierten los economistas. Sin embargo, el acceso a una vivienda digna se ha estancado en Ecuador. Hoy, LA HORA revela que las familias van perdiendo la oportunidad de tener en sus manos la llave de su casa soñada: hay menos créditos hipotecarios y menos oferta de vivienda. Esto es la evidencia del lento pero constante deterioro de la clase media. La crisis económica hace que las familias tengan menos ingresos y no accedan al crédito. La banca no percibe un negocio seguro o rentable. Los constructores invierten menos, los corredores de bienes raíces registran caída de inventario. Incluso, la expectativa de las elecciones presidenciales de 2025 lastima al sector de la construcción. Los más perjudicados en este escenario son los jóvenes, muy apetecidos ahora mismo por los estrategas políticos de los binomios que buscan votos. Para ellos la sentencia de vida parece ser: quédense con su padres y alquilen para siempre. El Estado puede ayudar a evitar la condena de la falta de independencia de la juventud. Por eso, más allá de intervenir en la banca o decretar la construcción de viviendas, la clase política está obligada a levantar las condiciones que hacen que la clase media respire tranquila: menos trámites, más flexibilidad laboral y seguridad. Todo esto, para que el acceso a crédito para una vivienda sea posible y no un largo sueño.

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