En los últimos dos años, franquicias internacionales han puesto sus ojos en Ecuador. Marcas europeas y estadounidenses llegaron al país con tiendas de ropa, comida y bebidas.
Para Marcelo Bodero, experto en inversiones, es positivo que cadenas y franquicias vean a Ecuador como un mercado importante para su crecimiento y expansión. Esto, principalmente porque generan socios estratégicos nacionales que aportan a la economía local.
Por ejemplo, las empresas que llegan hacen alianza con otras para generar una cadena de producción, beneficiando a proveedores, sobre todo de materias primas. Estos recursos son fundamentales en la situación financiera actual, cuando Ecuador atraviesa por años bajos de Inversión Extranjera Directa (IED).
Cifras del Banco Central (BCE) exponen que en el 2023, el país registró el monto más bajo desde el 2011, con USD 372 millones. “Hay generación de empleo, hay inversión con establecimientos físicos, ingresan divisas”, destacó Bodero.
Para el experto, la llegada de cadenas como H&M, Starbuks, Krispy Kreme, entre otras, genera empleos permanentes, como dependientes de tienda, contabilidad, administración y más aristas; mientras que su instalación genera otras fuentes de trabajo, especialmente para la construcción, aunque estos son temporales.
También genera una mayor dinamización de la economía, pues tal como se ha visto en los últimos días, cientos y cientos de personas acuden a estos establecimientos para conocerlos y consumir sus productos. ECUADOR AÚN DEBE HACERSE MÁS ATRACTIVO Aunque estas franquicias aportan a la economía, el gran objetivo, según Bodero, debe ser la inversión en industria a largo plazo, porque son un detonante para otro tipo de inversiones que generan valor agregado.
