Aparte de las máquinas de mayor uso, como tomógrafos y resonadores, en el hospital Carlos Andrade Marín del IESS hay una máquina más sofisticada, que es única en la red pública de salud, y que tampoco funciona desde el año pasado.
Es el pet ciclotrón, una especie de escáner capaz de realizar diagnóstico temprano de enfermedades oncológicas, diagnóstica incluso tumores malignos de menos de dos centímetros y enfermedades cardíacas y neurológicas. El equipo, que es el corazón del centro de medicina nuclear del hospital, costó más de USD 1 millón en 2012 y su inoperatividad provoca graves consecuencias para los pacientes.
Uno de ellos, Wilson Guaján, que tiene un cáncer de linfoma aunque recibió tratamiento, hace un año se enteró de que tiene unas nuevas masas en su estómago y requiere un examen de urgencia. Y aunque el pedido para realizar el examen es apremiante, no ha logrado acceder al estudio.
También Yolanda Cerón tiene una orden para este examen desde febrero de 2023 porque su médico tratante teme que el cáncer que le detectaron en los senos hace 10 años volvió. Su única opción es seguir esperando porque no cuenta con recursos para ir a una clínica particular. Como Wilson y Yolanda, hay 400 pacientes que esperan este examen.
El 80% fue diagnosticado con cáncer o presunción de la enfermedad. Las autoridades del hospital no niegan que el equipo lleva meses sin funcionar, aunque sus fechas no coinciden con las de los pacientes, dicen que la última vez que hicieron uno de estos exámenes fue en noviembre del año pasado.
