Migrantes reclutados por las bandas delincuenciales en Manabí

Alguien explica que la droga, la infinita droga que se vende en los barrios, es también un problema de migrantes: que los consumidores son enganchados con un poco de marihuana o cocaína y los vuelven más adictos para luego ponerlos a vender drogas.

 Ese alguien comenta que hay un buen grupo de venezolanos que han salido de Ecuador porque los están obligando a convertirse en microtraficantes. “O tal vez no es obligación, pero sí una trampa, porque primero les dan la coca gratis, los envían, y después empiezan a cobrarles y como no tienen dinero, los ponen a vender drogas”, señala Santiago C., inmigrante venezolano. Santiago es flaco. 

Alguna vez fue gordo, pero no mucho. Ahora parece tener pegada la piel al hueso, los pómulos hundidos y apenas pesa 63 kilos. Eso lo sabe porque cuando ingresó a Ecuador pasó por una fundación donde le hicieron una revisión médica. El martes esperaba en los exteriores de una fundación para que le dieran hospedaje por unos días. Dice que no piensa quedarse en Manabí.

 Su objetivo es una ciudad de la Sierra o llegar más lejos, tal vez otro país. En el camino de Venezuela a Ecuador se encontró a mucha gente que regresaba y la mayoría tenía tres razones para hacerlo: las elecciones de este 28 de julio, la inseguridad o la necesidad de cruzar el Darién para emigrar a los Estados Unidos. 

“El problema de la droga no es solamente aquí; cuando pasé por Colombia había lo mismo. Todo está en que lo aceptes, porque, por ejemplo, en Colombia la droga es barata; apenas cuesta 2.000 pesos, que eso es unos 50 centavos la fundita. 

Aquí en Ecuador es más cara, pero lo que cuenta la gente que se ha regresado de acá es que a uno lo envician y luego lo obligan a vender droga en los barrios”, señala Santiago, quien entró la primera vez a Ecuador a inicios del 2023. 

Por aquel año ya empezaban a sentirse los efectos de la guerra del narcotráfico en el país, pero específicamente en Manabí la situación se volvió compleja: en 2023 hubo un promedio de 878 muertes violentas. En el 2022, esta provincia registró 516 muertes violentas, es decir, hubo un incremento de 387.

 La zozobra se instaló en algunos barrios de ciudades como Manta, Portoviejo, Puerto López, Pedernales y Bahía; los homicidios se multiplicaron en estos lugares y en el caso de Manta, la ciudad apacible y turística ahora parecía ya no serlo tanto. Sin embargo, el 5 de junio de este año, Manta fue militarizada.

 Y fue allí, en medio de las operaciones y los trabajos de inteligencia que se ejecutaron, que las autoridades se dieron cuenta de que los migrantes estaban siendo utilizados por los grupos delictivos. Patricio Ochoa, jefe de la Unidad Nacional de Migración de la Policía de Manabí, dice que han detectado que algunos migrantes están siendo reclutados por las bandas delictivas. Muchas veces caen en el consumo de drogas y se vuelven adictos. 

“Obviamente ya estas personas no tienen nada que perder y son utilizadas para cometer delitos como venta de droga o como campaneros, para que les alerten de la presencia de la Policía. Realmente no se ha establecido cuánto les pagan, pero sabemos que es mínimo, o se les entrega droga o comida. 

Incluso a veces son usadas para cometer sicariatos”, expresa. La Policía algunas veces ha capturado e identificado a extranjeros que llegan a Ecuador, cometen un asesinato y luego se regresan a su país. 

Ochoa comenta que han sido pocas las personas vinculadas a esta situación, sin embargo, sucede, y las usan por el tipo de entrenamiento que en cuanto a sicarios tienen a nivel de Sudamérica. 

A esto se suma un problema más o igual de grave, señala el agente. Debido a que Venezuela cortó relaciones con Ecuador y cerró su embajada y oficinas diplomáticas, ahora los ciudadanos de ese país no tienen dónde legalizar y obtener sus documentos.

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