El turismo como aporte fundamental al desarrollo del país no deja de ser una promesa y aunque el Banco Mundial lo identifique como uno de los tres motores para que Ecuador se convierta en un país de renta alta, no hay acciones que evidencien que se está trabajando para que el turismo y su potencialidad dejen de ser un mito.
Por el contrario, las cifras demuestran que el turismo cada vez pesa menos, en 2019 su aporte al Producto Interno Bruto fue de USD 2 193 millones, un 2.1%, en 2023 con USD 1 492 millones representó el 1.2%. En México, República Dominicana y Panamá el turismo representa más del 15% del PIB en sus respectivos países. Este impacto menor está directamente relacionado con una reducción en el ingreso de turistas, si entre enero y abril del 2023 llegaron a Ecuador, 46 0426 turistas, en el mismo lapso del 2024 arribaron 370 097 turistas, casi un 20% menos.
La inseguridad es uno de los motivos, pero otros países como Colombia y México supieron lidiar con ella. En Ecuador, en cambio, la ocupación hotelera en 2024 tiene un promedio inferior al 35% y en provincias como Guayas, está por debajo del 30%. Otro de los factores para tener cada vez menos visitantes es la falta de productos turísticos, porque la naturaleza es importante, sí, pero no lo es todo.
Ecuador ocupa el puesto 80 en desarrollo turístico, mientras Brasil está en el puesto 26, Chile en el 31, México en el 38. La situación luce más grave cuando incluso el ingreso de visitantes a Galápagos, la joya de la corona, manifiesta una contracción del 26% en comparación al año anterior. Pero es que no hay un plan nacional de turismo que implique la acción no solo de un Ministerio, sino de todo el Estado, trabajando de forma coordinada.
Producto de esa ausencia, si en 2018, el mejor año para el turismo en Ecuador de la última década, llegaron 1 millón 929 mil visitantes, en 2023 fueron solo 863 mil. Y como van las cosas, la caída en picada se consolida.
