Habían transcurrido unos 30 minutos de la misa. Los más de 50 fieles que copaban la iglesia La Merced de Manta habían terminado de escuchar al sacerdote interceder por los enfermos y agradecer por la vida de algunas personas. Después que una mujer realizó la lectura de una lista de personas por cuyas almas se intercedía, el sacerdote volvió al altar. Al intentar proseguir con la misa, el sacerdorte solo alcanzó a esbozar unas palabras y se desmayó. Un monaguillo que estaba cerca intentó amortiguar la caída del cura.
Un grupo de fieles gritó y otros corrieron al altar a socorrerlo. Entre los fieles comenzaron a pedir ayuda al 911 para prestar atención al sacerdote, de la tercera edad. “La presión se le ha bajado”, comentaban los feligreses, que pedían que oliera alcohol. Una ambulancia llegó al templo tras el llamado de los fieles. El padre se repuso minutos después y decidió sentarse un momento mientras se daba la comunión. Algo recuperado, el padre decidió retomar la parte final del servicio. Antes de terminar dijo: “Hasta mañana, si Dios quiere”.