El método para ahuyentar a las aves de El Palmar, el islote ubicado entre Guayaquil y La Puntilla (Samborondón), y así evitar accidentes aéreos está funcionando, según la Dirección General de Aviación Civil (DGAC). Este viernes 19 de enero se realizó una nueva incursión en el islote, pero además en la Isla Celeste, cerca de Ciudad Celeste (Samborondón), que está en la ruta de aterrizaje de los aviones y donde también hay presencia de aves. Técnicos de la DGAC, Ministerio del Ambiente y del aeropuerto José Joaquín de Olmedo fueron a ambos sitios y encendieron explosivos para dispersar a los animales.
De acuerdo a Hernán Carrera, subdirector de la DGAC, la pirotecnia usada tiene poco alcance, gran ruido y su luminosidad es efectiva para alejar a los pájaros. El procedimiento con la pirotecnia, que se realiza cada 15 días, fue una de las recomendaciones realizadas por expertos canadienses que llegaron a Guayaquil el año pasado para colaborar con el Comité de Peligro Aviar. Las autoridades sostienen que la población de aves sí se ha alejado. A inicios de 2023 habían contabilizado unos 100 000 ejemplares y actualmente hay unos 20 000. Los técnicos también monitorean periódicamente a las aves a través drones y ejecutan estudios con universidades para analizar el comportamiento de las especies.
Las aves representaban un peligro para los aviones que llegan al aeropuerto de Guayaquil. Los animales chocaban contra las aeronaves y el impacto era tan fuerte que ponía en riesgo los vuelos. En 2023 se registraron 23 incidentes aéreos con aves. Finalmente, el uso de la pirotecnia continuará pues existe la posibilidad de que las aves regresen, sobre todo por la extensión del islote El Palmar, que es de 40 hectáreas.
