Manta, la joya escondida entre las olas, ha elevado sus encantos a nuevas alturas. A pesar de ser una ciudad intermedia con 260.000 habitantes y una población flotante de alrededor de 60.000 visitantes diarios procedentes de cantones cercanos, esta ciudad portuaria ha dejado una huella imborrable tanto a nivel nacional como internacional.
El cierre de la temporada de cruceros ha confirmado que Manta es mucho más que un simple puerto; es un destino turístico que despierta admiración. Entre el 15 y 16 de diciembre, la ciudad recibió la visita de tres cruceros: Seven Seas Splendor y Silver Nova atracaron el viernes 15, mientras que el sábado 16 fue el turno del Celebrity Eclipse. El ir y venir de turistas ha inyectado vitalidad a la economía local, con ingresos que rondan los USD 1.5 millones solo en lo que va de diciembre.
Cinco trasatlánticos han llegado a sus costas, trayendo consigo a más de 10.000 viajeros dispuestos a descubrir los secretos que Manta tiene para ofrecer. Estos exploradores internacionales, provenientes de rincones tan lejanos como Estados Unidos, Canadá, Australia, Singapur, Turquía, Italia, Argentina, Corea, Brasil, Chile, España, Francia, Suecia y Reino Unido, han dejado sus huellas en la ciudad, y no solo en términos económicos. Sus elogios y comentarios positivos sobre la infraestructura y encanto de Manta mejoran la reputación de la ciudad como un destino turístico de clase mundial.