Dr. Juan Carlos Cassinelli Cali
Ex Ministro de Comercio Exterior, Doctor en Jurisprudencia, Director de Global Trade Consulting. Presidente del Comité de Comercio de Inversiones amcham GYE
Twitter: @JCCassinelli juancarlos@cassinelliabogados.com
En el año 201 experimentamos un auge que perdura hasta hoy en todo lo relacionado con las redes sociales, lo cual resultó en un uso indiscriminado que, tras varios años, aún no se ha podido regular ni controlar de manera adecuada. Actualmente, después de la efímera trascendencia del denominado “metaverso” como una revolución en tecnología, especialmente en comunicación, estamos presenciando el inicio de una nueva era respaldada por un sistema de inteligencia artificial cuyas aplicaciones, incluso de manera gratuita, están al alcance de toda la humanidad. En lo que va de este año, las primeras alertas provienen de los propios creadores, quienes solicitan en diversas instancias internacionales la implementación de un control para evitar que el uso y desarrollo de estas tecnologías se desvíen con el tiempo y sean utilizadas con fines oscuros y maliciosos. En cambio, lo ideal es buscar que estas herramientas impulsen el desarrollo en tecnología, ciencia, medicina, educación, conocimiento, entre otras áreas. Por este motivo, celebro que la Unión Europea sea el primer conglomerado mundial en aprobar un Proyecto de Ley que regule la inteligencia artificial, asegurando que los sistemas vinculados a esta tecnología, utilizados en la Unión Europea, sean seguros y respeten los derechos fundamentales y los valores europeos. El objetivo de esta legislación es mitigar los riesgos mencionados y garantizar un desarrollo adecuado de esta tecnología. El debate se ha centrado, en primer lugar, en el respeto al derecho a la privacidad, especialmente en lo que respecta a las tecnologías de reconocimiento facial que se utilizan en el sistema europeo principalmente por motivos de seguridad. Sin embargo, lamentablemente, también pueden ser empleadas de manera discriminatoria para identificar raza, creencias religiosas, comportamientos en lugares de trabajo y educación, entre otros usos. Esta legislación prohíbe tales prácticas al considerarlas líneas rojas que no se pueden cruzar. Aunque la normativa entrará en plena vigencia en el año 2026, es importante destacar que algunos elementos trascendentales de esta ley se aplicarán de manera inmediata. Celebramos nuevamente esta iniciativa, que se suma a lo ocurrido en los Estados Unidos, donde el Presidente Biden promulgó un decreto que obliga a las tecnologías a informar de manera permanente cualquier avance en esta materia que constituya “un riesgo grave para la seguridad nacional”. Es crucial que la humanidad esté atenta a todo el marco regulatorio que se expida en esta materia.