ESTÁN MUERTOS. En su desesperación por tratar de salvar la vida de sus cuatro hijos, Rosa corrió hasta el dormitorio donde tres de ellos veían televisión y se abalanzó sobre sus cuerpos para protegerlos de los proyectiles disparados por un sujeto desde el exterior de la casa. Sin embargo, los niños ya habían recibido varios impactos de bala y su esfuerzo ya era en vano.
Los hermanitos, de 7, 5 y 3 años y la más pequeñita de la casa, de apenas 5 meses de nacida, fueron víctimas de un hecho violento registrado la noche de este lunes, en una vivienda de una planta ubicada en la manzana 14 de la cooperativa Guayas y Quil 1, en el Guasmo Sur de Guayaquil. Los momentos de angustia de Rosa, de 24 años, por tratar de salvar la vida de sus hijos, quedaron grabados en la memoria de Jhordan, su esposo y padre de los niños.
El hombre no puede sacar de su mente el instante en que su amada corrió hacia el cuarto, cuya ventana da a la calle y se abalanzó para tratar de ser el escudo que los protegiera de las balas. “Mi esposa recibió siete disparos, dos en el abdomen, dos en el brazo izquierdo, tres cerca de la ingle. Yo cerré la puerta y me tiré al piso y ella salió corriendo. Ya herida, solo alcanzó a decirme ‘cuídame a los bebés’, no sabe que están muertos. Los niños habían terminado de comer y estaban viendo televisión”, afirmó el progenitor.
Los menores de edad y su madre fueron llevados hasta una casa de salud del sur de la ciudad, donde los galenos corroboraron que los pequeños ya no tenían signos vitales. Su mamá se encuentra internada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de una casa de salud del Puerto Principal. Su estado es crítico, está con pronóstico reservado. Uno de los más de 30 proyectiles, calibre 9 milímetros, disparados por los sicarios, rozó la parte posterior del cuello de Jhordan, de 28 años.
Él recibió atención médica y una vez dado de alta, acompañado de sus familiares, llegó hasta el Laboratorio de Criminalística para iniciar los trámites y retirar los cadáveres de sus hijitos. “Estoy devastado, no encuentro explicación. No entiendo por qué a nosotros”, mencionó con su voz entrecortada. De acuerdo a datos proporcionados por la Policía, los asesinos llegaron en un auto Chevrolet Aveo, de color blanco, uno de ellos se bajó y fue quien de manera cruel y desalmada disparó en contra de los menores de edad. Horas después, este vehículo fue hallado incinerado en el sur porteño.
El general Víctor Herrera Leiva, comandante de la Zona 8 de Policía, informó que este hecho violento fue perpetrado por miembros de una de las dos agrupaciones criminales que operan en este sector y las cuales se disputan el territorio para el expendio de droga y otros delitos. “De las indagaciones que se hizo la Policía ha podido percatarse que el evento violento no iba direccionando a esa familia, sino a una casa adyacente.
Se allanó el inmueble y se hallaron 40 mechas utilizadas para realizar atentados con explosivos. Estamos trabajando con pericias técnicas, esperamos tener resultados. Cabe mencionar que este sector es denominado por dos organizaciones, Los Lagartos y Mafia 18, entendemos que el atentado iba dirigido para parte de este primer grupo delictivo”, indicó.
• Su último día de clases En el sector donde ocurrió la matanza de los cuatro hermanitos, los moradores están consternados, pues Rosa y Jhordan, quienes tenían 10 años de relación, eran muy queridos por sus vecinos, ya que son una pareja muy unida y siempre paseaban con sus niños. “A la señora la vi por última vez al mediodía del lunes, regresaba de la escuela con sus hijitos, su mamá siempre la acompañaba a dejarlos y también cuando los iba a retirar. Fue su último día de clases, qué pena. A la persona que buscaban para matar es a una vecina quien vende droga y ya ha sido víctima de atentados, ella y su hija apenas vieron lo ocurrido, huyeron, dejaron la casa botada”, relató la lugareña.