LA UTILIDAD DE LOS APAGONES
Mientras todos perdemos con los apagones declarados bajo el eufemismo de mantenimiento programado, alguien, de entre los pocos inversionistas en termoeléctricas pone sus activos a funcionar de manera adecuada, con un diésel subsidiado por el Estado, para hacer buenos negocios, a los que ya se acostumbró la administración de Guillermo Lasso. Compensar el déficit de generación ocupando esta alternativa privada, se logra a través de contratos, a la espera de que vuelva la normalidad y las centrales hidroeléctricas recuperen sus caudales de agua, a pesar de que no se ha invertido fondos públicos en un mantenimiento adecuado de las mismas, y se las abandonó al desprestigio de los sobreprecios y lo innecesarias. La diferencia radica en el costo por kilovatio generado, sea desde una hidroeléctrica, o desde una termoeléctrica cuyo valor es tres o cuatro veces mayor. ¿Quién cubrirá ese costo diferencial? Es la pregunta inmediata de los consumidores. Si el gobierno a través de sus voceros nos dice que no incrementará la planilla de consumo, y sabiendo que todas sus afirmaciones han sido incumplidas, ya tenemos a la vista un nuevo componente de gasto familiar que restará posibilidades a otros. La utilidad de los apagones no la veremos por ningún lado, porque se la llevan muy pocos.