EXTORSIÓN AL MENUDEO
Bien dicen que aprender lo bueno toma años y lo malo se aprende enseguida. Sabemos de los extorsionadores y cómo proliferan día a día ampliando su base de delitos, sea en almacenes, comercios, talleres, tiendas y cualquier negocio. Pero nos aterra saber que, dentro de las escuelas, hay estudiantes que amenazan con agredir a otros estudiantes, incluso a profesores, si no les entregan un dólar. El asombro por no saber cuándo mismo es que tocamos fondo, porque educarse ahora es un riesgo, para los asistentes, y un negocio para los niños desde esa percepción.
Cerrar el negocio, ya es una constante que no depende del tamaño. Va desde consorcios que facilitan la carga mediante contenedores, hasta el vendedor de frituras en un charol. Nadie se salva de esta exposición al asalto, mientras el Estado y sus fuerzas de seguridad, se ven desbordados por la infiltración en sus filas por parte de la delincuencia, así como por la cantidad cada vez mayor de grupos delincuenciales en forma, tamaño y peligrosidad.
Cada vez es menor el margen de movilidad que nos queda, y mayor la cercanía a que los vecinos, parientes y gente cercana sea asaltada, asesinada o extorsionada. Nos quedamos cada vez más solos.