ESPACIO PARA DESLEGITIMAR
El Consejo Nacional Electoral, como institución, y más ahora, los vocales del actual, dejan demasiados errores sueltos, sea de manera involuntaria o intencional, para justificar la presencia de los deslegitimadores de la voluntad popular, ante el fracaso rotundo en perder las elecciones, o por el simple hecho de alegar por alegar.
La repetición de las elecciones en las cir- cunscripciones del exterior, dejan ver las costuras al momento de contratar la seguridad de una base tecnológica sin mayor soporte para evitar el ingreso de piratas virtuales. El resulta- do que excluyó buena cantidad de votantes justificaría un nuevo proceso, aunque los ajustes legales de última hora, les dejarían en riesgo de un juicio político por infringir la ley.
Los procesos que han concluido, no son libres de críticas y sospechas fundadas, sea cuando disputaron el segundo lugar para el balotaje entre Yaku Pérez y Guillermo Lasso, las denuncias no probadas de su vicepresidente respecto a la unidad paralela al generar actas dentro de las propias oficinas en Guayaquil, entre otras, les dejan plagados de dudas para resolver estos complejos momentos. Si no pue- den generar transparencia y seguridad en los resultados para una segunda vuelta, que podría ser apretada en preferencias, no es difícil prever los desenlaces.