ÁRBOLES Y RAZONES

Nos faltan árboles en el espacio provincial como razones en nuestras conversaciones. Cada vez tenemos menos árboles, y cada vez tenemos menos razones para conversar con los vecinos o los parientes, todo se decanta de la manera más feroz por el celular o los computadores.

Hay razones para decir que requerimos árboles en nuestro ambiente actual. Recuperar los que teníamos, o volver a la práctica de los migrantes rurales hacia sectores urbanos para llevarse junto con sus pocos bienes las semillas para plantarlas en el entorno de sus viviendas.

Manabí doblaba en número la población rural, con respecto a la población urbana. Los números son distintos ahora, cuando por primera vez, la población urbana ha superado la cantidad de habitantes rurales. Razones demás para perder árboles en ese proceso grave de reasentamiento y tala de bosques para ubicar barrios.

Falta la frescura que proporcionan los árboles en los enfrentamientos personales entre electores por sus candidatos. Si en el parque Central de Manta y bajo la sombra de un árbol se presenta una acalorada divergencia entre votantes, el reconocimiento de ese árbol que les protege del sol calcinante, podría significar, por una sola vez, encontrar algo bueno en el rival político que les acerque y refresque la discusión. Nos faltan árboles y razones definitivamente.

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