NO SE ADMITE A PESIMISTAS
Mientras nos matan a diario, los gobernantes nos reducen al toque de queda para protegernos, como único plan para contener al hampa más organizada que ellos. El discurso presidencial no deja de culpar a los operadores de justicia por llegar a estos extremos, y convocar más nuestra participación para que nos maten menos. Ofrecen más policías y menos equipamiento. Ningún plan operativo que no sea su optimismo porque todo acabará pronto.
Declarar los estados de excepción, no son la excepción y se convierten en la regla, no esperemos que los resultados sean diferentes, seguiremos en caída libre en este vértigo de violencia irrefrenable.
Los candidatos a la presidencia y a la Asamblea Nacional, resuelven toda nuestra situación extrema entre discursos. Solo la presencia de ellos en los ámbitos del poder, será suficiente para disuadir a esas sombras de poder que ordenan matarnos con la facilidad de lograr hacerlo hasta a nuestros representantes ciudadanos.
La tragedia del momento es impedir el pesimismo entre las potenciales víctimas, es necesario que piensen en que no les llegará a ellos ni a sus familias. Algo parecido al conformismo nos tiene atrapados entre las redes sociales, en donde a nuestras anchas nos indignamos. Nada más ocurre por ahora, mañana volveremos a decir que nadie hace nada por nosotros, con cierto optimismo.