NUEVAS NORMALIDADES Y VIEJAS SOLUCIONES
Si nos referimos al mundo en su totalidad, en- frenta el cambio climático, reflejado en altas tem- peraturas, lluvias copiosas hasta la exageración, deshielo, incendios forestales, y una sucesión de eventos devastadores, como para alarmar por par- tes la esfera terrícola. Pero pasado el mal, la gente vuelve a una normalidad aparente, y hasta parece- ría que se acostumbra.
En nuestro país, aparte de todos estos males causados por el cambio climático, la indiferencia al mundo social, desencadenó la ausencia del Es- tado en controles básicos como las cárceles y la disuasión a la delincuencia. Por el contrario, los espacios abandonados por la gestión pública fue- ron en buena medida ocupados por esa delincuen- cia que se organizó mejor que el sector oficial. El resultado es la violencia con muerte a diario por controlar la ilegalidad como forma de vida, y lo peor, estamos por considerar una normalidad este comportamiento criminal.
Ya sea para las consecuencias del cambio cli- mático, como para nuestra propia realidad de vio- lencia, las soluciones propuestas son las mismas. El uso desmedido de los combustibles fósiles y la explotación petrolera van de la mano, y nadie quiere limitarse en sus comodidades logradas. En nuestro patio solo aumentamos policías, aunque no tengan ni el equipamiento ni donde pernoctar. Las viejas soluciones, no le sirven a los problemas nuevos.