UNA GESTIÓN MÁS OPACA QUE EL CRUDO
La imagen de Petroecuador hoy pinta más opaca que el propio crudo que explota y administra. De su estructura no solo ha emergido una presunta red de sobornos relacionados con los contratos de preventa petrolera a China que tanto daño le n hecho al país, sino una grave ineficiencia que deriva en la oferta de servicios cuestionables, como la mala calidad del asfalto que comercializa.
En los últimos años, la estatal ha sido el blanco de investigaciones periodísticas por contratos amañados y recientemente ha estado en el radar de la crítica por la falta de control que ejerce sobre la refinería de Esmeraldas, la principal proveedora de un asfalto que, según denuncias de los mismos municipios, envejece prematuramente, agravando los problemas de baches en las ciudades. Sorprende la nula reacción de sus autoridades, que ni se inmutan, y hacen caso omiso a pedidos de entrevista de este Diario para aclarar qué hay detrás de los contratos millonarios que manejan, con resultados que dan mucho de qué hablar. Parecería que existe una sociedad secreta de la cual poco se puede indagar, situación que no debe ser permitida ni por la ciudadanía ni por los organismos de control. Cuando la gestión de un ente se muestra poco transparente e inaccesible, hay que encender las alertas y empezar a controlar ineficiencias y/o posibles delitos de colusión.