LOS CAMINOS DE LA DESIDIA

La red vial de Manabí, una de las más extensas en el país, con amplia conexión para con las otras regiones del país, se encuentra en regular estado, pasando rápidamente al deterioro. Mantenimiento, no se ha presupuestado en la medida de las necesidades, incluso de los siniestros como fueron el terremoto y las inundaciones, que la dejaron en varios tramos en deterioro, desde entonces la desidia es el trato gubernamental a esta red vial.

Tanto el hastío en los reclamos, como las promesas de acometer en las obras, ha sido la constante en el tiempo de al menos las dos últimas administraciones gubernamentales. La de Lenín Moreno, indolente y descuidada, mientras que la de Guillermo Lasso, ajena e irresponsable con estos temas, ponen en un estado de situación crítica esta red de movilidad, a la espera de otras decisiones.

En vano fue el paso de un ministro de Obras Públicas manabita, sucesor de otro que pasó por el cargo desluciendo las tareas pendientes. Un tercero actual, que lleva cerca de un mes para encargarse, se opaca en la inacción, aunque su discurso sea de soluciones.

Sin ser pesimistas, Manabí espera muy poco en el tiempo que falta para reconstruir o mantener la obra vial. Esperemos y vengan mejores días para sostener lo logrado y mejorarlo.

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