El presidente de la República debe aprovechar que puede gobernar con decretos para ba jar los índices de corrupción y desmontar las estructuras delictivas y las mafias que operan en los sistemas de salud y de seguridad social. Quedarse sin hacer nada, frente a lo que está ocurriendo en todos los niveles de administración, es convertirse en cómplice de los delitos que se cometen.

Al mandatario le quedan solo cinco meses para cumplir con sus ofrecimientos, por lo tanto, es el momento de que pise el acelerador a fondo en la administración del país, para atender las apremiantes necesidades de la población, que debe recibir la atención por la que paga.

Hasta ahora una de las grandes deudas del Gobierno con el país es la lucha contra la corrupción, que continúa consumiendo el dinero de las arcas fiscales y engordando las billete- ras de pocos, porque no es fácil desmontar las redes enquistadas en los sistemas, las cuales evitan la automatización porque así es más fácil el atraco al Estado.

El país bien podría copiar el modelo del sistema de seguridad de España y de otros países europeos, en los que quien aporta con recursos recibe beneficios reales. Implementar procesos con el uso de códigos de barras permite que en dichos sistemas los pagos se hagan evitando la corrupción.