NADIE ROBA LIBROS
Quienes hacen del libro una mercadería, son muy pocos, los consumidores son escasos y las ganancias generan más satisfacciones de uso que de cambio. Por eso hay sitios de venta, especialmente de libros usados que los dejan al alcance del público sin mediar ninguna seguridad, están convencidos que nadie roba libros.
Pero existe otro escenario, el de libros, o mejor conocidos como textos de estudio para estudiantes de educación básica, de adquisición obligatoria, muy cotizados por definidos editores y distribuidores que logran buenos negocios al sintonizar con los programas de estudio al adquirirlos los padres de familia.
Ocurrió que libros al fin, sin distribución por parte de las autoridades del Distrito de Educación de Manta, a pesar de corresponder al ciclo 2023-2024, fueron sustraídos por un desprolijo como anónimo ladrón, que ajeno al valor de los mismos, y al descuido de los encargados, se llevó cerca de 2.200 paquetes con libros, para venderlos en una recicladora. El resultado terminó en una feria improvisada de remate, en donde los padres de familia compraron libros a diez centavos, aunque no están de venta en el mercado.
El valor de un libro es relativo, sus contenidos poderosos, los ladrones de libros pocas veces saben lo que se llevan y este caso, específicamente, parece el cuento de nunca acabar por la actitud de las autoridades