DE CIEN MINUTOS A SEIS MESES
Quien estuvo atento a la trayectoria del gobierno del presidente Guillermo Lasso, desde su posesión, o incluso antes, cuando se sabía triunfador en las elecciones, uno de sus primeros deseos, por llamarlos así, fue decir públicamente que su equipo de gobierno se había preparado por más de una década para resolver los problemas del país durante los primeros cien minutos. Han malgastado dos años y las encrucijadas abiertas son más complejas que cuando recibió la administración de su antecesor, y ahora con la misma visión de libre mercado, de Lenín Moreno.
Su comprobada ineptitud, descrita en todos los sinónimos de esa palabra, puede sopesarse incluso por parte de sus más enconados partidarios, beneficiarios de su gobierno podría decirse, que cada vez son menos. Se sucedieron hechos, como advertencias para enmendar, sean movilizaciones, el referéndum que lo perdió, el juicio político, y, a pesar de un reconocimiento balbuceante para hacerlo, siguió la ruta de abandonar la esfera de lo social, hasta dejar en el desamparo total a la seguridad ciudadana, ahora tomada por las mafias y la delincuencia.
Dice que le quedan seis meses, a partir de la muerte cruzada que disolvió la Asamblea Nacional, principal justificativo de su inoperancia. El país cambiará, promete, siempre y cuando la Corte Constitucional no se vuelva otro pretexto.