SUBE PRECIO DEL ARROZ
Entre los refranes, tan venidos a menos en
estos tiempos de carestía, uno de ellos decía: con que haya arroz, aunque no haya Dios. Y al paso que vamos el precio por libra en las tiendas de esta gramínea es de sesenta y cinco centavos por libra, situación que resta margen a quienes viven con un presupuesto diario de un dólar o dos. El vertiginoso precio hacia arriba, deja buenos resultados a los especuladores a costa de las limitaciones de la mayoría. Y es acaso esa la oportunidad visible que propuso el gobierno de Lasso al comienzo de su mandato, aunque creíamos que sería para todos, y no para unos pocos, como lo comprobamos desde esta carestía. El arroz ha sido y es un carbohidrato vinculado con la alimentación habitual de los ecuatorianos por generaciones. El vínculo entre productores, piladores y distribuidores, fue controversial y asimétrico entre los componentes de esta cadena de producción, porque siempre el agricultor recibía y recibe la menor parte de las utilidades, podríamos decir sobrevive con el menor margen de utilidad. En el autodenominado “el gobierno de las oportunidades”, llegamos a un insostenible precio al consumidor, cargando todo el peso a su mayor componente alimenticio. Y lo más grave es que no hay ni Dios que ampare al que a diario come arroz.