
Migrantes varados en la ciudad mexicana de Tapachula, fronteriza con Guatemala, lanzaron un llamado al Gobierno de México en el que dijeron estar dispuestos a viajar a Acapulco, destino azotado por el huracán Otis y cuyo paso ha dejado hasta ahora 43 muertos y 36 desaparecidos, para emplearse como obreros en la reconstrucción de los municipios afectados en el estado de Guerrero. Los cientos de migrantes de países como Colombia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua mostraron su solidaridad con el pueblo de México y en una reunión convocada por la organización Pueblo Sin Fronteras se mostraron listos para viajar a las zonas destruidas y ofrecieron “su mano de obra, esfuerzo, voluntad y fe”. Entre los migrantes hay albañiles, maestros de obra, técnicos, soldadores, mecánicos y campesinos que, dijeron, pueden ser útiles en estos momentos para el pueblo de Guerrero, que ha sufrido los embates del huracán que dejó pérdidas humanas y materiales.El ofrecimiento llegó en medio de un intensa lluvia en Tapachula provocada por una depresión tropical. Por la noche los migrantes cumplieron una vigilia con oraciones, veladoras y cartulinas para solidarizarse con los habitantes del estado de Guerrero.Los migrantes llevaron a cabo una especie de registro para enlistarse y esperar la decisión del Gobierno mexicano de si acepta trasladarlos desde Tapachula al estado de Guerrero para empezar a trabajar.Con casi 780.000 habitantes, este popular balneario luce devastado por ese meteoro, que llegó la madrugada del miércoles como categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson.Sin electricidad, agua, combustible y con poca comida. Así sobreviven los residentes. Ellos han dicho que harán todo lo posible por reconstruir sus casas. Además han pedido el apoyo del gobierno mexicano.



