
Estados Unidos y Ecuador firmaron un marco de acuerdo comercial recíproco que también implica una apertura del mercado ecuatoriano. El país se comprometió a reducir aranceles en la oferta americana clave, a cambio de eliminar la sobretasa del 15% que pesa sobre sus exportaciones. Los porcentajes aún están por definirse. El Joint Statement de la Casa Blanca detalla que Ecuador bajará aranceles en maquinaria, productos de salud, bienes de tecnología de la información y comunicación (TIC), químicos, vehículos motorizados y ciertos productos agrícolas como trigo, frutos secos, frutas frescas, vino y licores.
También establecerá cuotas arancelarias para otros productos agrícolas. Para Iván Ortiz, vicepresidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Americana, bajar los aranceles a los productos estadounidenses beneficiaría al país. “Más del 95% de las importaciones desde Estados Unidos son materias primas, bienes de capital, combustible y equipo de transporte necesarios para el aparato productivo nacional”, explica. Sin embargo, Francisco Rivadeneira, exministro de Comercio Exterior, advierte que ese beneficio dependerá de qué productos específicos se incluyan en el acuerdo. “Si espacio como un vehículo para inspirar y motivar a todas las mujeres a tomar las riendas de sus vidas, tanto dentro como fuera de la cancha.
Para Iván Ortiz, vicepresidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Americana, bajar los aranceles a los productos estadounidenses beneficiaría al país. “Más del 95% de las importaciones desde Estados Unidos son materias primas, bienes de capital, combustible y equipo de transporte necesarios para el aparato productivo nacional”, explica. Sin embargo, Francisco Rivadeneira, exministro de Comercio Exterior, advierte que ese beneficio dependerá de qué productos específicos se incluyan en el acuerdo. “Si se eliminan los aranceles a los productos que necesitamos y no producimos, como bienes de capital y tecnología, estaría bien. Pero si se abre el mercado agropecuario para productos sensibles a cambio de poco, no sería equilibrado”, señala. El exministro identifica los sectores más vulnerables: cárnicos, lácteos, cereales y oleaginosas. En el sector avícola, por ejemplo, preocupa la posible importación de cuartos traseros de pollo desde Estados Unidos.



