EXPECTATIVA POR LA MINISTRA
Un Gobierno tiene áreas sensibles dependiendo de las urgencias nacionales. A veces, por desastres naturales, predomina la atención social; en procesos de reactivación, la economía. En contacto con poblaciones vulnerables y nacionalidades, hay interlocutores específicos. El Ministerio de Gobierno, sin embargo, es una dependencia transversal a las áreas estratégicas y sensibles. Esta cartera de Estado se encarga de asegurar respaldo para todos los planes gubernamentales, liderar la relación con la Asamblea Nacional para los cambios legislativos, se activa durante las peores crisis que puede tener un Gobierno, mantiene contacto con los medios de comunicación y explica la gestión. Quien ocupa el ministerio de Gobierno es, entonces, el guardián político del presidente de la República. La tarea requiere sangre fría, destreza política, habilidad de negociación, manejo del ego, paciencia y ambición de influir en sus rivales para conseguir sus objetivos. Por el Gobierno, en sus dos años en Carondelet, han pasado siete ministros de Gobierno; hoy es el turno de Nataly Morillo. Morrillo se ha mostrado estratégica. Experimentada comunicadora y exasambleísta, enfrenta un reto enorme al asumir ese rol luego de la reciente derrota en la consulta popular, que el país aún intenta entender. Esa deberá ser una de las primeras tareas de la Ministra: lograr un diagnóstico acertado de lo que pasó el domingo 16 de noviembre. Con ese primer paso, el Gobierno podrá diseñar una acertada guía para refrescar líneas de acción.



