LA POLARIZACIÓN POLÍTICA
La polarización implica la división de la sociedad en polos opuestos, con tesis distantes y enfrentadas, con irreconciliables absolutos. Todo para conseguir un logro político, el poder o un cambio de visión sobre un problema en particular. También sirve para desgastar al oponente, llevarlo a un encierro desde donde no puede defenderse ni responder con argumentos e ideas; lo lleva todo al plano emocional. La polarización manipula el ánimo de la ciudadanía para inquietarla y obligarla a que adopte posturas extremas. Incentivar la polarización se ha convertido en una estrategia política indispensable, es ya un elemento de la cultura política ecuatoriana. El impacto de las redes sociales es innegable y hoy todo estratega político que se respete empieza por ahí: la manipulación es efectiva y medible, barata incluso, comparada a los costos de campañas más tradicionales que hoy ya no ganan elecciones. El ecosistema digital se nutre de la viralidad de los mensajes extremos y absolutos. Estás conmigo o contra mí, ellos son corruptos y nosotros no, nosotros somos los buenos y ellos los malos, nosotros sabemos la verdad y los otros viven engañados. Así hasta el infinito. La polarización es una herramienta efectiva y fácil de usar, pero no ayuda a la unidad nacional y debilita la cultura política. Luego de esta campaña, llena de extremos, el país debe preguntarse quién está dispuesto a sembrar un cambio hacia la unidad y la convivencia pacífica, pues eso es lo que se debería cosechar a largo plazo.



