Los recursos por la eliminación del subsidio al diésel serán redistribuidos para nuevos bonos, compensaciones, deudas atrasadas, créditos productivos, entre otras designaciones, en nueve sectores.
- USD 220 millones para compensación de transportistas.
- USD 150 millones a renovación de unidades y bono de chatarrización.
- USD 130 millones a devolución del IVA a personas de la tercera edad.
- USD 100 millones para el Bono Raíces a pequeños agricultores.
- USD 100 millones en créditos 7×7 del Banecuador.
- USD 80 millones para pago de deudas a transportistas de pasajeros.
- USD 80 millones a devolución del IVA a constructores.
- USD 33 millones para adquisición de vehículos de seguridad.
- USD 3 millones para nuevos bonos de Desarrollo Humano.
Esto suma 896 millones de dólares. Es decir, de los USD 1 100 millones anuales que se destinaban al subsidio del diésel, el 81,46% ya está comprometido. En términos reales -según los anuncios del Gobierno- la eliminación del subsidio al diésel le permitirá obtener 214 millones de dólares para la caja fiscal.
Un monto que no genera mayor impacto en el déficit fiscal 2025 -que según el presupuesto aprobado por la Asamblea con 80 votos a favor hace diez días- es de USD 5 625 millones.
Según el Gobierno, el déficit será cubierto con créditos de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento, entre otros organismos.