Abg. Andrés Páez Benalcázar
Abogado, Doctor en jurisprudencia, sociólogo, Legislador por 4 períodos, candidato Vicepresidencia Ecuador 2017
Les puedo asegurar que hay buenos jueces y fiscales. Los conozco y los defiendo. Pero también hay de los otros, aquellos que tienen connivencia con los grupos criminales y sirven a sus intereses, encargándose de la puerta giratoria, perverso sistema instaurado para hacer que, por la misma puerta, salgan los delincuentes apenas ingresados. Y claro, que vuelvan a delinquir aun cuando tengan que presentarse cada semana a firmar, haciendo -por unos minutos- un alto en su trajinar de fechorías. Pero la gran pregunta es: ¿en qué se amparan estos crápulas para hacerlo? Pues en el Código Integral Penal, otro engendro del correísmo, aprobado con inusitada rapidez, siguiendo las instrucciones que, al oficialismo de ese entonces, le impartieron desde las más peligrosas cárceles del país. Esto no me lo contaron, yo lo viví porque era legislador en ese entonces. El tema lo encabezaba el presidente de la Comisión de Justicia, el inefable Mauro Andino (el padre del ex candidato por Pachakutik). Para el extenso texto, la aprobación fue por libros o en plancha, y se dividió el debate en cuatro grandes temas. Cada asambleísta tenía 10 minutos para cada tema; es decir, 0.18 segundos para cada norma aprobada, conforme el autoritario mecanismo exprés instaurado en Montecristi para arrasar con todo lo que encontraron a su paso. De un solo porrazo, se aprobaron un total de 450 normas, todo en tiempo récord. Los correistas elogiaban semejante “monumento a los derechos humanos” mientras los opositores advertimos y demostramos con contundencia, que se estaba aprobando un texto cargado de garantías para los infractores y que dejaba en indefensión a las víctimas. Y el tiempo nos dio la razón. Once años después, la sociedad mira 3 LOCALES Manta, Lunes 25 de Agosto 2025 #AñosJuntoATi irritada y estupefacta, cómo el ruinoso Código ha servido para favorecer a los delincuentes y todo bajo el amparo del garantismo chavista. En Montecristi, los entusiastas asesores españoles pagados por el grotesco dictador Hugo Chávez, de muy escasa calidad académica todos ellos, se empeñaron en consagrar el “garantismo” en la Constitución que ellos redactaron y que los alzamanos aprobaron con show y fanfarria incluida. Gran parte de la tragedia que vive el país, se debe a esa “doctrina” nacida en las entrañas del chavismo histriónico. Bien hace el Ministro Reinberg en denunciar a los jueces que juegan con la paz del país y siguen a merced de los grupos criminales. Pero nada se consigue si la Asamblea no reemplaza a ese mamotreto por un Código que, en lo esencial, proteja a las víctimas del delito. Ya tenemos aprobado por el cuerpo legislativo el Día del Bizcocho, el Día del Tamarindo, el Día de la Salchipapa y el Día de Pentecostés en el Desierto. Es hora de darle prioridad a un nuevo Código Penal o seguiremos lamentando muertes e indignados por jueces que siguen liberando a peligrosos delincuentes sin que les importe nada más que el metálico en sus bolsillos.