Abg. Andrés Páez Benalcázar
Abogado, Doctor en jurisprudencia, sociólogo, Legislador por 4 períodos, candidato Vicepresidencia Ecuador 2017
La Constitución de Montecristi se expidió en 2008 y, por entonces, éste era aún un país de paz. Ese mismo contrato social fraudulento sirvió de peldaño para poner en vigencia el garantismo chavista, y dotar de todo tipo de prebendas a los grupos criminales que, festejando el retiro de la base de Manta y los tórridos cantos “revolucionarios” por la soberanía, se tomaron el país hasta inundarlo de violencia. Por si los jueces de la Corte Constitucional no lo entienden, aquí les explico: el país del 2008 era un país muy distinto al del 2025. En ese entonces y con el auspicio del correísmo, recién comenzaron a operar los peligrosos grupos criminales que tomaron cuerpo con el curso del tiempo, hasta que, hoy por hoy, la colectividad vive verdaderamente sitiada por el hampa. Por eso el gobierno de Noboa impulsa leyes para proteger a los ciudadanos de la violencia, del sicariato, de las bandas. Y ustedes, jueces, como si no supieran lo que pasa, prefieren mirar hacia otro lado y buscar los entretelones de las normas, a ver si falta un punto, o una coma, a ver si se ajusta o no las doctrinas penales que ustedes leen cuando se desplazan en sus vehículos con chofer y policías que los cuidan, mientras el ecuatoriano de a pie lucha para que no le roben lo que logra conseguir en un día para parar la olla con las justas. Mientras la gente huye hacia sus casas, vive encerrada tras rejas, muros, alarmas, aterrada por el embate delincuencial, ustedes muy cómodos en sus despachos de oropel, están preocupados del sujeto y predicado, de la palabrita bien o mal usada, para despacharse una bocanada de gloria jurídica y de ego. El país entero clamando por leyes rígidas, por una fuerza pública protegida para actuar con firmeza contra los delincuentes, y algunos de Ustedes, señoresjueces, pensando en sus agendas progres, woke, con lo cual nos han clavado el matrimonio entre personas del mismo sexo, la obligación de enseñar la ideología de género a los menores en todas las escuelas, la posibilidad de que niños de apenas 5 años se cambien de sexo, la opción de que los matones reincidentes puedan acogerse a medidas sustitutivas para salir de la cárcel a vivir las delicias de la impunidad y del delito. Nada de eso consta en la Constitución ni tampoco lo permite, pero Ustedes la torcieron para ajustarla a sus pareceres, a sus designios, a sus ideologías, a sus vanidades y en contra de nuestras familias, tradiciones, identidad y cultura. Que en otros casos ustedes han procedido correctamente, es cierto.Pues, ese es su deber como jueces y no hay razón de idolatrarlos por cumplir con su obligación pagada con los tributos de todos. Entonces, no culpen a las preguntas de la consulta popular ni al gobierno, ni a aquellos que sin temor ni favor cuestionan sus actos. Culpen a aquellos jueces que imponen sus agendas políticas, sus dogmas, por sobre sus facultades jurisdiccionales; que atropellan las normas a su gusto, porque saben que no tienen que rendir cuentas a nadie, ilimitado paraíso del que gozan apenas 9 ecuatorianos: ustedes señores jueces de la Corte Constitucional.